28 de junio de 2013

El “total market” no significa que deban abandonarse los insights culturales

Recientemente, presenté una sesión sobre la influencia del mercado latino en Estados Unidos en el Wave Festival de Río de Janeiro. El título de mi conferencia fue “Cultural Affinity is the New Language”. Y al prepararla surgieron como fuertes focos los drásticos cambios que se están produciendo en nuestro creciente mercado. Y usted no tiene que ser un eterno optimista como yo para darse cuenta de cuán lejos hemos llegado. 
Hubo un tiempo en que la actitud reinante era “¿Qué hay de hispano en esto?”. Nuestro marketing tenía que ser obviamente hispánico, sea por la presencia de hombres de grandes bigotes o de grandes familias regidas por una abuela. Desde allí hemos evolucionado hasta un marketing conducido con insights étnicos, que incluye indicios específicamente basados en una cultura pero que tiene suficiente creatividad para hablar más allá de ella. Así es como sofisticados anunciantes siempre han visto lo que otros están ahora llamando “total market”.
Luis Miguel Messianu es presidente y chief creative
officer de la agencia Alma, con sede en Miami.
Para bien o para mal, el “total market” ha pasado a ser la palabra de moda. Pero también se convirtió en una de las más malentendidas del léxico de nuestra industria. Quienes están a favor la posicionan como la natural evolución de los cambios demográficos en Estados Unidos, donde las marcas no deberían focalizarse más en los hispanos –o en cualquier cultura específica- como “target único”, sino más bien integrar a todo dentro de una plataforma simple.
Habrá que considerar algunas trampas en el camino. Está muy cerca de ser una falacia decir que un insight puede ser lo suficientemente fuerte como para aplicarse a todos los segmentos étnicos. De hecho, cuanto más amplio es el insight, más genérico es. Y cuanto más genérico es, más olvidable y menos efectivo será.
Después de todo, la segmentación de mercado fue creada para alcanzar mayores efectividades, al dirigirse a diferentes audiencias, conociendo y respetando sus propios atributos de expectativas, idiosincrasia, deseos y valores.
Una de las razones por las que la publicidad hispana tiende a resonar más con su target va más allá de los insights y tiene que ver con la expresión creativa. De acuerdo con varios estudios, aunque el uso del idioma español es importante, los matices como el contexto, estilo y el humor son cruciales para ser capaces de resonar con los hispanos. En otras palabras, aun una idea fuerte, con una creatividad basada en insights, puede fracasar si la ejecución no provee las claves culturales que incrementan la empatía y la afinidad. También es una proposición riesgosa mirar al “total market” como una excusa para recortar presupuestos para beneficiar las eficiencias potenciales de corto plazo. Lo que los anunciantes pueden ahorrar al reducir los fees hispanos y los presupuestos de producción es marginal comparado con lo que puede ganarse al crear una estrategia realmente relevante. La pregunta real que ellos deben hacerse a sí mismos es cuánto dinero están dejando sobre la mesa.
Cuando el próximo censo se realice en 2020, las minorías llegarán al 40% de la población, y los hispanos estarán cerca del 20%. Por eso tiene sentido recurrir a los especialistas con una perspectiva multicultural (nada diferente a cuando usted busca a un especialista para tratar una cuestión de salud).
Y hay algo más. La verdad es que las agencias más especializadas en lo cultural están probablemente mejor preparadas para aplicar cualquier noción de “total market” que sea abrazada. Para nosotros, “mainstream” es “upstream”. Hemos vivido dentro de la cultura del mainstream aun cuando ella ha ido cambiando en todos estos años.  Hemos visto la creciente influencia latina en muchos aspectos del estilo de vida norteamericano. Usted pudo verlo en la música y el espectáculo con estrellas pop como Enrique Iglesias y Jennifer López, y con Sofía Vergara, ahora una de las actrices en la TV del mercado general. Puede gustar eso en diferentes tendencias culinarias, que son más sazonadas y audaces. O en un amplio rango de deportes, incluyendo el totalmente americano béisbol, en el que muchas mega estrellas son latinas. Grandes directores de películas, como Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñarritu han derribado algunos de los viejos clichés de Hollywood.  En la política, sentimos la influencia de Marco Rubio, Julián Castro y Sonia Sotomayor. Y, por supuesto, el presidente Barack Obama y el Partido Demócrata saben muy bien que el voto latino fue crucial para la reelección.
Para alcanzar la efectividad en el marketing, la amplia y multiestratificada influencia cultural demanda realmente un conocimiento cultural grande y profundo. Miren a esto como a “curadores culturales” trabajando como un equipo multidisciplinario fuerte y experimentado, no como transplantes hispanos tratando de modificar las actitudes del mercado general. Los latinos están fijando tendencias y ayudando a crear una cultura de mainstream nueva y más diversa. En el proceso, nosotros traemos una única alegría de vivir, un ritmo, un sentido del humor, y, sobre todo, un incansable sentido de optimismo a Estados Unidos.
Y las agencias culturalmente especializadas saben algo sobre el optimismo y la efectividad también. Después de todo, nosotros fuimos siempre capaces de compensar las limitaciones, las restricciones de presupuesto e incluso la adversidad, por medio de la ingenuidad, el ingenio y las actitudes positivas.
Yo les digo: ¡el optimismo hace maravillas!
Fuente: ADLATINA.com y Advertising Age

NECESIDAD, DESEO y DEMANDA

A menudo advertimos que no todos los alumnos, aún aquellos que ya han cursado Psicología o Ventas, tienen claro el concepto de Necesidad y su relación con la demanda de un bien determinado. 

Sin pretender remplazar ni mucho menos contradecir los contenidos de esas materias, creo adecuado adelantar estas líneas acerca de lo que entendemos en Marketing por necesidad , deseo y demanda
A continuación haremos una breve referencia a las distintas concepciones respecto de la “Necesidad” y sus diferencias con la idea de “Sujeto ligado al Deseo” Según la clásica definición de Maslow: existen necesidades “básicas” relacionadas con la conservación de las funciones biológicas, “sociales” relacionadas con el carácter de ser social y  su aspiración de pertenencia, importancia, respeto, etc. y “superiores”, siendo ejemplo de estas últimas la comprensión, la belleza, el conocimiento, etc.
Otros autores las clasifican como:
Necesidades absolutas y relativas: Las necesidades absolutas serían aquellas que experimentamos, sea cual fuere la situación de los demás; y las relativas son aquellas cuya satisfacción nos eleva por encima de los demás y nos dan un sentimiento de superioridad frente a ellos. Las necesidades absolutas son saturables, en cambio las relativas no. En efecto, las necesidades relativas son insaciables porque en cuanto más se eleva el nivel general, más se busca superarlo.
Necesidades verdaderas y falsas, siendo las necesidades falsas creadas por la sociedad y el productor. Estas son necesidades culturales y sociales, creadas dependientemente del entorno y la evolución social. Las necesidades verdaderas son en cambio, las necesidades innatas, naturales, genéricas y absolutas.
Necesidad genérica y necesidad derivada: la necesidad derivada es la respuesta tecnológica concreta (el bien) aportada a la necesidad genérica y es también el objeto del deseo. El automóvil por ejemplo es una necesidad derivada con relación a una necesidad genérica de transporte individual. 
Según O´Donnell “salvo algunas necesidades muy elementales, las restantes son socialmente determinadas”
Para Steimberg  “El consumidor no sólo tiene necesidades, sino también deseos, (…) Cabría señalar que el deseo tiene que ver con orientaciones inconscientes que, aun apartándose de las necesidades, son capaces de crear demandas tan fuertes como las motorizadas por la necesidad”
Para la teoría psicoanalítica, el deseo excede la conceptualización como la expresión activa de la necesidad.
El ser humano, desde el momento de su nacimiento, experimenta situaciones frente a  las cuales  no es capaz de sobrevivir sin algún auxilio que provenga del exterior. El sueño, el hambre, la sed, el frio… sólo pueden ser solucionados con la intervención de “los otros”. La necesidad biológica de descargar esas tensiones a partir de una solución externa es significada como “Necesidad de” y supone el paso de un mundo biológico a otro simbólico. La resolución de tensiones que el auxilio externo le brinda al recién nacido constituye una primera experiencia de satisfacción, cuya imagen queda asociada con la huella de la excitación (emanada de la necesidad) y es requerida cada vez que ésta última reaparece.
Es por eso que decimos que la demanda, en cuanto expresión visible del deseo, es simbólica, dado que es la demanda de una ilusión. El acto simbólico de la demanda de satisfacción no tiene ni tendrá nunca resolución.
Para Vallejos: “… es el indestructible deseo de tener un deseo insatisfecho”
Dado, entonces, que el sujeto consumidor no es suficientemente descripto por el relato que lo muestra como un ser que conscientemente racionaliza sus elecciones de marcas y productos a partir de sus necesidades y las ventajas técnicas que aquellos aportan, proponemos enfocarnos en lo que Wilensky llama “el discurso del consumo y la demanda”
Sorprendentemente, cita Wilensky, economistas clásicos parecen haber intuido esa naturaleza inconsciente del deseo: “la satisfacción de una necesidad o deseo es meramente un paso para una nueva tarea; en cada etapa de su progreso el hombre está destinado a buscar y emprender nuevas empresas, y cuando éstas se han alcanzado, acometer otras nuevas” (Marshall, 1898)
LA DEMANDA
Tal como la conocemos, la demanda  se soporta en el deseo; un deseo inaprehensible, inscripto en lo simbólico y continuo generador de nuevas demandas. A este deseo pretenden llegar las diferentes apelaciones al consumo: los discursos publicitarios, el packaging, las promociones y las argumentaciones de venta, entre otros.
Citando nuevamente a Wilensky: “la demanda del consumidor se desarrolla en el registro imaginario, en el espacio de las relaciones interpersonales, los prestigios sociales y las identificaciones, espacio en el cual el producto se entremezcla con un consumidor que pretende tenerlo, poseerlo, incorporarlo a sí mismo”
Así entendida, la demanda no es la demanda de un producto como satisfactor de necesidades sino de un producto como posible sustituto de un objeto faltante primordial. Todo producto presente en el mercado intenta cubrir la falta originaria. Al comprar un producto adquirimos la ilusión de una plenitud; por eso el producto nunca es capaz de  agotar las aspiraciones que depositamos en él cuando lo elegimos.
“En la problemática freudiana, el objeto no es una cosa determinada, es cualquier cosa que pueda representar el objeto perdido” (Vallejo, 1980). La noción de deseo, se patentiza así en el fenómeno del Marketing.

Como consumidores participamos del intercambio social de bienes y servicios en razón de un deseo que nos impulsa. Es desde el deseo de donde surgen las “necesidades” que promueven la red de intercambios económicos que observamos y protagonizamos a diario. La “naturaleza” del consumidor es la de ser “un sujeto deseante”. A partir de este planteo surge el concepto de hombre deseante por encima de los de hombre económico u hombre decisor. Entonces deberíamos preguntarnos acerca de la “libertad de elección” de los consumidores.
Desde el punto de vista clásico, ésta presenta cierto número de restricciones dadas por las limitaciones en la adquisición y procesamiento de la información, el condicionamiento proveniente de anteriores elecciones, las cargas genéticas y culturales, la acción psicológica y la personalidad del sujeto (Pavesi, 1981)
Desde un punto de vista psíquico, el consumidor no es un agente por sí sino por el otro; en cuanto “sujeto al deseo” el consumidor persigue en lo simbólico lo ausente, priorizando el deseo por sobre la necesidad biológica.
Fuentes: Wilensky, Marketing Estratégico - Marshall, Principios de Economía - Pavesi, Decisión y Libertad Vallejo, Confusión y Psicoanálisis - Steimberg. Crítica a Levy
Aporte del Prof. Eduardo Desiata 

23 de junio de 2013

¿De los opuestos vienen las buenas ideas?

Steven Johnson nos muestra que pregunta debiéramos hacernos: ¿Que Tipo de ambiente fomenta el desarrollo de buenas ideas? También identifica Los Siete Principios Claves Para la Génesis de las ideas. Más estimulante es la conclusión de Johnson: "Que con las herramientas y el entorno de hoy en día, la innovación radical es extraordinariamente accesible para aquellos qué saben como cultivarla".


LA IMAGEN DE EMPRESA (Qué es?)

Podemos definirla como el resultado de múltiples y diversos mensajes que se relacionan entre sí junto con la empresa, que acumulados en la memoria colectiva forman una globalidad con significatividad propia, la cual puede influir en los comportamientos y de alterarlos. Es decir, son las percepciones acumuladas que muestran nuestra organización y por tanto, no es algo inmediato, sino que requiere un proceso de tiempo distinto, según cada entorno para consolidarse.
Las organizaciones emiten mensajes a veces claros y directos y otros de manera fragmentada y discontinua. Estos mensajes son percibidos tanto por el consumidor como por los oferentes del entorno, por los que una vez que dichos mensajes han sido filtrados, acabarán conformando la percepción que se tiene de la organización.
Aunque existen distintos tipos de imágenes empresariales, podemos agruparlos en dos modelos:
  • Imagen espontánea: Es implícita y surge como consecuencia de la actividad rutinaria de la empresa. Presenta efectos que podemos definir como una explotación deficitaria de los recursos de comunicación y como una dificultad de interpretación de la imagen en sí, siendo ineficaz para la dirección estratégica, provocando discontinuidades en el proceso de comunicación con nuestros usuarios.
  • Imagen diseñada o explícita: Es consecuencia de los esfuerzos de la organización a través de una organización programada de sus recursos de comunicación.
A continuación, para entender de manera más eficaz “La Imagen”, expondremos algunas de las distintas funciones básicas del concepto de imagen:
  1. Transmitir notoriedad, prestigio y personalidad jurídica.
  2. Sitúa socialmente la verdadera identidad de la empresa.
  3. Favorece sus estrategias de crecimiento.
  4. Posibilita un manejo táctico de los mensajes que queremos comunicar.
  5. Constituye una barrera de salida de nuestro sector competitivo.
  6. Aporta madurez.
  7. Supone un elemento relevante en términos de integración vertical de la empresa.

Fuente:  The Athenaeum of Marketing and Economic

18 de junio de 2013

El Punto de Equilibrio

Hablando en términos de contabilidad de costos, el punto de equilibrio, es aquel punto de actividad, donde a determinado volumen de ventas, los ingresos totales igualan a los costos totales de operación; vale decir, es el punto de actividad en donde no existen utilidades ni pérdidas para la empresa.
Determinar y poder analizar el punto de equilibrio permite, entre otras consideraciones:
  • Obtener una primera simulación que permita conocer el volumen mínimo o crítico de ventas a partir del cual  se comienzan a generar utilidades.
  • Comprender los alcances de la viabilidad de un proyecto.
  • Conocer a partir de qué nivel de ventas puede ser recomendable cambiar un costo variable por un costo fijo o viceversa. Por ej. cambiar comisiones por un sueldo fijo en la fuerza de ventas.
Este artículo se acompaña con una presentación sobre las maneras de calcular el punto de equilibrio y una aplicación práctica a una empresa inmobiliaria.
Descargar Presentación aquí

Colaboración: Prof. Jorge La Torre

8 de junio de 2013

La gran autopista para la innovación está en la digitalización de productos y experiencias

En esta nueva participación en el debate del mes propuesto por adlatina.com, el director de planeamiento estratégico de Wunderman Buenos Aires destaca la importancia de aprovechar el potencial de las plataformas digitales para innovar en productos y servicios que generen un valor al usuario. Además, sostiene que pensar la innovación únicamente en un caso que genere views o likes en internet puede llevar al fracaso o la poca longevidad de la propuesta. 

El relato de la innovación 

Desde hace un tiempo, el relato está en boca de todos. El concepto se volvió una discusión recurrente sobre la relación entre discurso y realidad, y también en la innovación puede ocurrir algo similar. Parece que últimamente, cuando desde las agencias afrontamos proyectos de innovación, estamos más pendientes de la historia que de la realidad.

Hace unos años aparecieron los proyectos de comunicación en forma de casos. Una verdadera innovación en la narrativa de las marcas que permitía contar imaginativas historias alrededor de la marca, a partir de experiencias únicas y de pequeñas innovaciones tecnológicas. Poco a poco, sin embargo, estamos convirtiendo la innovación en un relato cuyo éxito se mide cada vez más en views, y dónde el valor de uso o la escalabilidad resultan, por tanto, parámetros irrelevantes. Los (buenos) casos funcionaron como una suerte de tormenta perfecta para marcas y agencias. Pura fantasía para entusiasmar a usuarios y festivales, y a la vez lo suficientemente largos para escapar a la tiranía del GRP y el post-test, quedando en manos de plataformas digitales fácilmente dirigibles. Así, cuando la medida de éxito resultó ser el tráfico o el like, la inversión hizo el resto. Desapareció el margen para el fracaso, aunque probablemente con él lo hizo también la innovación .


Hoy estamos en un contexto bisagra a nivel tecnológico. Los avances de la digitalización y los dispositivos móviles están abriendo nuevas oportunidades de conectividad no solo humano-humano sino también humano-producto y producto- producto. Por eso las agencias haríamos mal en conformarnos con la comodidad de la historia. La comunicación es definitivamente relato, pero tenemos el reto de acompañar también a los clientes en el camino a la conectividad de sus productos con propuestas que vayan más allá de la energía marcaria y se conviertan en valor de usuario para sus clientes.



En este el momento de tránsito acelerado hacia la conectividad, la clave de la innovación se encuentra en el valor de usuario. Productos que se conectan unos con otros, que se conectan con nosotros mismos, con nuestras emociones, con nuestro movimiento, con nuestros gestos, con nuestras experiencias de compra .





Cuando usamos la innovación exclusivamente como un medio para contar historias, como cuando lo hacemos solo para ganar unos centímetros de exhibición, no debería sorprendernos que las estadísticas globales de innovación de producto nos hablen de fracaso generalizado o poca longevidad.

La gran autopista para la innovación está en la digitalización de productos y experiencias, lo que tiene poco que ver con los propios productos y mucho con los servicios. Porque de alguna forma, el producto conectado deja de ser producto, deja de ser consumido para ser usado. Y el uso es mucho más tirano que YouTube: no hay inversión que sostenga un uso irrelevante.

No se trata entonces de dejar de contar historias. Se trata de avanzar e intentar acompañarlas también, y cada vez más, con verdaderos casos de transformación de
producto que consiguieron convertir a sus consumidores en usuarios. 

Fuente: www.Adlatina.com

Los verdaderos osos polares no toman gaseosas

Alex Bogusky, uno de los creativos más influyentes del mundo, pone sus ideas al servicio de las causas sociales.

Cuando decidió abandonar la agencia de publicidad a la que le inoculó apellido y talento para transformarla en referente global de la industria, Alex Bogusky comunicó el espíritu desafiante de su nueva vida desde el minuto cero. En junio de 2010, tres meses antes de su partida definitiva de Crispin Porter + Bogusky (CP+B), este diseñador gráfico nacido en Miami hace casi 50 años fundó FearLess Cottage, una plataforma de proyectos que pretende reinterpretar la relación entre las marcas, la gente y la cultura, impulsada por una frase de cabecera: "El miedo es enemigo de la creatividad, la innovación, la felicidad y el amor".
¿Por qué esas palabras que huelen a autoayuda encierran las motivaciones que expulsaron a Bogusky de la comodidad del mundo corporativo hacia territorios cercanos a la militancia de causas sociales? "Tenía unas muy lindas esposas doradas, pero el oro es liviano y fácil de romper", ilustra el creativo en diálogo con LA NACION para referirse a su ruidosa renuncia a CP+B, agencia en la que ingresó como decimosexto empleado en 1989, para convertirse en codirector general en 2008. Bajo su mando, CP+B, que desde 2001 pertenece al holding canadiense MDC Partners, llegó a tener 1000 empleados y una facturación que alcanzó los 1000 millones de dólares.
Pero en 2005, su aporte para el lanzamiento de la versión Zero de Coca-Cola lo ubicó en una posición que hoy define como incómoda. "Siempre uso los productos que publicito, pero aquella fue la única vez que rompí esa regla. Era hipócrita venderlo, pero no consumirlo, y ahí supe que era el momento de abrirme", recuerda Bogusky, que se convirtió en un fervoroso militante antigaseosas a partir de sus trabajos sobre obesidad infantil y consumo de bebidas azucaradas para el Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI, según su sigla en inglés).
A mediados del año pasado, un video de esta ONG se viralizó desde Internet, con un título polémico: "The Real Bears" ("Los verdaderos osos"). Con música de Jason Mraz y MC Flow, el corto narra las consecuencias de la ingesta exagerada de gaseosas con azúcar, con una familia animada de osos polares como protagonista, referencia inequívoca a los animales que han sido ícono de la comunicación publicitaria de Coca-Cola.
"No todos se dan cuenta del precio que pagamos por las bebidas azucaradas, en forma de obesidad, diabetes y más. El mensaje que tiene que llegar es que las gaseosas pueden ser muy ricas, pero no equivalen a la felicidad", explica Bogusky, que también trabaja para SodaStream, una marca de origen israelí que comercializa un electrodoméstico para fabricar gaseosas en casa. Las imágenes de miles de botellas de Coca y Pepsi explotando justo antes de llegar a la góndola de un supermercado fueron demasiado explícitas para la cadena CBS, que rechazó el comercial que SodaStream había enviado para pautar durante la tanda del último Super Bowl, un espacio siempre copado por las etiquetas líderes. "Me pregunto por qué fue rechazado? ¿Por el show de Pepsi del entretiempo?", tuiteó Bogusky, que finalmente envió una nueva versión. "La televisión no es un foro para la libertad de expresión. A pesar de que ellos se vuelven más libres cuanta más plata uno tiene", resume el creativo, cuyo interés en los hábitos alimenticios tiene otro antecedente.
A fines de 2008, editó La "dieta" de los 23 cm , un libro que argumentaba que una de las causas del crecimiento de la obesidad es que el diámetro promedio de los platos pasó de 9 a 12 pulgadas desde los 70, lo que provocó un exceso de 300 calorías diarias en la nutrición del norteamericano promedio. El dato podría resultar irrelevante si no fuera porque CP+B, en ese momento, tenía como clientes a Burger King y Domino's Pizza, dos símbolos del fast-food . Sólo los resultados que las marcas consiguieron gracias a arriesgadas campañas permitieron que Bogusky fuera intocable.
"Es más fácil sentir que temas como la obesidad infantil, la paz y el calentamiento global están más allá de mi alcance. Pero me esforcé en intentarlo", comenta Bogusky. El poder y la responsabilidad social también aparecen en la conversación y él tiene cosas para decir: "En el caso del poder corporativo, el gobierno no va a funcionar como fuerza moderadora. Entonces queda en los consumidores la fuerza que puede guiar a las corporaciones a hacer lo correcto. La pregunta es: ¿usarán ese poder? Nunca vi a una compañía ser socialmente responsable sin primero ser presionada por el público".
Y mientras sus detractores lo acusan de contradictorio, Alex Bogusky se refugia en la cabaña centenaria que descubrió en las colinas suburbanas de Boulder. Allí, con su esposa y socia, Ana (de origen cubano), y sus dos hijos, intenta hacer lo mismo de siempre: mantenerse alejado de sus miedos.
Fuente: Luis Güerri  | Para LA NACION

Aprenden, Desaprenden y se Renuevan

Gerentes antes de los 30

Insolentes, desleales, egoístas? son algunos de los adjetivos que algunas personas utilizan para definir a la generación Y. Sin embargo, estas descalificaciones nada ayudan a entender a la fuerza laboral más importante desde los baby boomers. Hoy la pregunta que todos se hacen en las organizaciones es cómo serán los millennials como líderes? Esta pregunta es relevante ya que la generación Y ocupará roles críticos de liderazgo más rápido que otras generaciones, debido a que los baby boomers se están retirando y la generación X no alcanza para cubrir esos puestos.
Aunque no podemos predecir exactamente cómo serán estos líderes del futuro, los cambios en las organizaciones y las características propias de la gen Y nos permiten augurar ciertas competencias que poseerán.
Hay dos grandes capacidades que tendrán los futuros líderes Y. Por un lado la capacidad de aprender, desaprender y renovarse. Las nuevas generaciones están atentas y predispuestas al aprendizaje continuo y no tienen problemas en desaprender y renovarse para adaptarse al contexto donde están trabajando. Ellos no tienen vergüenza si tienen que cambiar. La otra dimensión es la de la colaboración. Los futuros líderes de la gen Y prefieren trabajar incorporando altos grados de participación y colaboración en los procesos de toma de decisión.
¿Qué implicancias tienen las dos dimensiones expuestas en las competencias de los futuros líderes? El futuro líder no tendrá problemas en compartir ideas, tiempo y ser abierto en la participación de los procesos de decisión. Él o ella serán líderes más democráticos, delegando más y permitiendo que los colaboradores tomen más riesgos. Este líder colaborador será de gran ayuda para otros en cuanto al desarrollo de habilidades, dando feedback oportuno y "mentoreando" si fuera necesario.
Ese líder será global en todo sentido. Conocimiento global y mentalidad global serán un requisito para aquellos que trabajen en organizaciones cada vez más ágiles y virtuales, donde equipos globales y virtuales serán la realidad diaria del trabajo. Relacionarse con personas de otros países en forma virtual hará necesario que los gen Y pulan sus experiencias y conocimientos culturales para interactuar efectivamente.
Finalmente, el conocimiento y la confianza en la tecnología es y será clave en esta generación para compartir ideas y desarrollar proyectos que permitan una mejor performance organizacional.
Ahora bien, el camino es incipiente y todavía tenemos una generación que está comenzando a tener puestos de relevancia en las empresas. Y si bien la gen Y trae a las compañías mucho conocimiento en cuanto al uso de las redes sociales y la tecnología, comparada con otras generaciones, todavía requiere trabajar la inteligencia emocional y tener mayor experiencia que le permita estar preparada para cuando el desafío de liderazgo se haga realidad.
 1. Política de las puertas siempre abiertas. A los Y les gusta la accesibilidad, y poder hacerse accesibles a sus amigos y compañeros de trabajo. Les resultan molestos los pasos innecesarios entre ellos y la persona con

la que necesitan comunicarse y, como gerentes, es muy improbable que los Y generen barreras comunicacionales entre ellos y sus empleados.

2. Grandes colaboradores. Los Y crecieron preparando reseñas de libros en grupos de estudio, jugando al fútbol o a la PlayStation con sus amigos. Son sumamente colaborativos y, por lo general, están en contra de las intensas competencias personales. Los gerentes de la generación Y trabajan codo a codo con sus empleados y fomentan un entorno de trabajo colaborativo. Los gerentes de la generación Y serán parte del equipo y tendrán un marcado rol de liderazgo sólo cuando sea necesario.
3. Es lo que haces, no cómo lo haces. A medida que los Y comienzan a ocupar su lugaren el entorno de trabajo, vamos viendo un cambio en la forma en que se concreta el trabajo. El foco se centrará en la calidad y el impacto del trabajo, no en el método mediante el cual fue concretado.


4. El adicto al trabajo que se disfruta 100%. Los gerentes de la generación Y borran la línea entre trabajo y diversión. La vida es una sola, se debe disfrutar lo que se hace. El trabajo también. Uno no trabaja para que después de la oficina se disfrute el balance entre la vida y el trabajo como el concepto de los años 90. El trabajo es parte de la vida de cada uno. Por eso, estos nuevos gerentes propician el concepto de estar disfrutando lo que se hace. Los Y valoran el tiempo de cada persona, sus familias y la necesidad de estar fuera de la oficina; pero esto no evita que estén, de alguna manera, constantemente conectados con su oficina. Si alguien sabe de conectividad, es esta generación Y.

Fuente: Andrés Hatum  | Para LA NACION


6 de junio de 2013

Como Usan sus Celulares los Argentinos

Los más jóvenes prefieren enviar SMS, acceder a las redes sociales y descargar contenidos, mientras que los mayores de 30 años lo utilizan por trabajo y son usuarios intensivos del correo electrónico



Los usuarios argentinos de teléfonos móviles cada vez acceden más a servicios de Internet, con el 31 por ciento de los consultados que utilizan este tipo de conexión para ingresar a las redes sociales, de acuerdo a un estudio realizado por la operadora de telefonía celular Claro.
No obstante, el informe detalla que existen diferencias de acuerdo a determinados segmentos de usuarios. Los más jóvenes, comprendidos entre los 16 a 21 años, utilizan sus teléfonos a la noche, y preferentemente los fines de semana. Los servicios más utilizados son los mensajes de texto, tienen un amplio conocimiento del uso de las redes sociales en este tipo de dispositivos y en su gran mayoría son abonados de los planes prepagos.
A medida que la edad de los usuarios aumenta, los planes utilizados suelen ser por abono, y el consumo de contenidos apunta a la descarga de música, aplicaciones, videojuegos y el teléfono móvil para a ser un dispositivo de consulta y geolocalización.
De 26 a 30 años se concentran los usuarios que tienen el mayor porcentaje de descarga de ringtones, música y videos en el celular, mientras que la franja siguiente, de 31 a 35 años, prioriza el empleo del celular para temas laborales y son usuarios intensivos del correo electrónico.
Entre los usuarios comprendidos en la franja de los 36 a los 50 años disminuye el conocimiento sobre los diversos servicios on line disponibles para los teléfonos celulares, y el uso de Internet suele ser diurno.
A su vez, el reporte señala que los mayores de 61 años suelen optar por los servicios básicos de un teléfono celular, con el servicio de mensajería de texto y buzón de voz entre las prestaciones más utilizadas en estos equipos.
Estos comportamientos no difieren demasiado respecto al uso del teléfono celular en otras partes del mundo. En Estados Unidos, el instituto Pew destaca que los usuarios de celulares cuyas edades oscilan entre los 12 y los 17 años prefieren el uso de Twitter por encima de Facebook, mientras que en España la predilección de los niños y adolescentes por las redes sociales se refleja en el acceso a Tuenti y la plataforma de microblogging, según cita el diario El País .
Fuente: www.lanacion.com

Millenials: La Generación YO, YO, YO

Nacieron entre 1980 y el 2000 y forman parte de la franja under 30, el grupo generacional más grande. Son cómodos, narcisistas y algo insatisfechos; dependen de la tecnología, pero viven con los padres. Time les dedicó su tapa


La velocidad ha signado sus vidas. Esta generación que nació entre la década del 80 y el año 2000 se dedicó a mover sus límites etarios y a buscar su propio estilo de vida. Extendieron hasta la mitad de los “veintis” una especie de adolescencia tardía; y a la vez adelantaron usos y costumbres en busca de una libertad precoz impulsada por la tecnología.
La revista Time les dedicó su última tapa y los llamó Millennials, una generación under 30 que los describe, según un ramillete de especialistas y estudios académicos consultados, como un grupo de narcisistas empedernidos. Los Millennials así definidos es el grupo generacional más grande en la historia de EE.UU, formado por teens nacidos hasta el año 2000 (que hoy tienen 13 años) y los que actualmente transitan su década de los “veintis”. Son aproximadamente 80 millones de jóvenes.
Un estudio de la Universidad de Clark realizado entre jóvenes de 17 a 29 años los declara fieles a sus convicciones, vagos y poco independizados: la mayoría vive con sus padres. Si bien en cada país los Millennials son diferentes y adquieren características socioculturales del lugar; por efecto de la globalización y los medios masivos de comunicación comparten alrededor del mundo la impronta que impone la época. La descripción de los Millennials no sólo responde a poblaciones de niños ricos o de clases acomodadas. También el concepto atraviesa a jóvenes de bajos recursos que desarrollan componentes y dosis de narcisismo, materialismo y adicción tecnológica dentro de su propio entorno que puede ser una villa, asentamiento o barrios humildes.
Es la generación más interesante desde los baby boomers      (que son sus padres, los hijos de la posguerra) y son realmente antisistema. Una de las características distintivas de los Millennials es que quieren “saltear” (skip) al establishment, en busca de su propio estilo. Ellos crecieron con el latiguillo: “Yo puedo hacerlo sólo”. Ellos pueden hacerlo solos y (seguramente) mejor. Y por eso los bloggers compiten con los diarios digitales; los hackers con las corporaciones y los innovadores tecnológicos con las industrias.
Esta es una generación que recibe todo el argumento de la posmodernidad: hay una jerarquización de la subjetividad donde el yo pasa a estar valorado, cuidado y potenciado, explica el médico y psicoanalista Dr. José AbadiHay una irrupción de nuevos códigos y lenguajes que tienen que ver con el desarrollo de la tecnología, la velocidad y variabilidad de los cambios que se producen en la persona. Por eso, se puede pensar en una cierta acentuación de la variable narcisista. Y tiene que ver también con el valor que se le da al placer, hay una disminución de la culpa neurótica. En parte debido al debilitamiento de los dogmas y mandatos clásicos, el sujeto cobra un primer plano”.
La tecnología libera. La interacción social es muy amplia y está básicamente disparada por el uso de las tecnologías (celulares, redes sociales, dispositivos móviles ) y la influencia de los amigos es grande. Los Millennials están atravesados por una pantalla: están juntos pero se textean; el punto en común es la pantalla. A la vez los recorre la ansiedad de que siempre están perdiéndose algo mejor. El 70% de ellos chequean sus teléfonos cada hora.
Contar su vida por las redes bajo el concepto de compartir (con otros) prácticamente los convierte a ellos mismos en celebridades de sus propias vidas (via Instagram, Youtube, Facebook , Twitter, etc). Los Millennials son una fuerza positiva: optimistas, pragmáticos, y a la vez idealistas. Siempre temen perderse algo. Son financieramente responsables para sus gustos y gadgets pero aprovechan los ahorros que hacen viviendo con sus padres (como la casa, comida y ropa).
“La tecnología genera tres situaciones: aislamiento, pasividad y dependencia, agrega el Dr. Abadi. El costado positivo es el individualismo responsable. Hay una enfatización de la preparación laboral por la alta competitividad que está en juego, pero los vínculos afectivos son muchas veces -no siempre- más superficiales”. "Esta franja de jóvenes van cambiando de ciudad, de trabajo y vida afectiva a una altísima velocidad. Esto plantea una reformulación de la noción de experiencia: no se trata ahora de algo acumulativo; tiene que ver con la permeabilidad para incorporar los acontecimientos al seno del sujeto", concluye Abadi.

La era del súper capacitado. Los Millennials es una generación que cree en la capacitación profesional como herramienta diferenciadora y clave para enfrentar la competencia laboral. Ahora ese compromiso con el claustro académico fue en detrimento de su compromiso político y cívico.
Sus padres -los baby boomers- trabajaron mucho para fortalecer su autoestima, para hacerlos fuertes y enfrentar así un mundo difícil. Es una generación que fue creada para el éxito laboral, pero sin tanto énfasis en el éxito afectivo.
Sus carreras profesionales las manejan con organización, se colocan metas para luego alcanzarlas. Sin embargo el nivel de satisfacción es bajo. Ellos mismos padecen la crisis de sus expectativas.
¿Los Millennials serán nuestros clientes de los próximos años?
Fuente: www.infobae.com