Las organizaciones emiten mensajes a veces claros y directos y otros de manera fragmentada y discontinua. Estos mensajes son percibidos tanto por el consumidor como por los oferentes del entorno, por los que una vez que dichos mensajes han sido filtrados, acabarán conformando la percepción que se tiene de la organización.
Aunque existen distintos tipos de imágenes empresariales, podemos agruparlos en dos modelos:
- Imagen espontánea: Es implícita y surge como consecuencia de la actividad rutinaria de la empresa. Presenta efectos que podemos definir como una explotación deficitaria de los recursos de comunicación y como una dificultad de interpretación de la imagen en sí, siendo ineficaz para la dirección estratégica, provocando discontinuidades en el proceso de comunicación con nuestros usuarios.
- Imagen diseñada o explícita: Es consecuencia de los esfuerzos de la organización a través de una organización programada de sus recursos de comunicación.
A continuación, para entender de manera más eficaz “La Imagen”, expondremos algunas de las distintas funciones básicas del concepto de imagen:
- Transmitir notoriedad, prestigio y personalidad jurídica.
- Sitúa socialmente la verdadera identidad de la empresa.
- Favorece sus estrategias de crecimiento.
- Posibilita un manejo táctico de los mensajes que queremos comunicar.
- Constituye una barrera de salida de nuestro sector competitivo.
- Aporta madurez.
- Supone un elemento relevante en términos de integración vertical de la empresa.
Fuente: The Athenaeum of Marketing and Economic