13 de julio de 2013

La transparencia esta de moda, pero la autenticidad importa más

No todas las organizaciones necesitan compartir todo con los demás

La transparencia en los medios sociales es aterradora. La idea de que su organización debería siempre hablar abiertamente con los consumidores acerca de cada tema aparenta ser una noble y beneficiosa práctica. Pero para muchas compañías la transparencia está cargada de problemas de legalidad, riesgo e identidad de marca. Por eso pienso que es hora de que tengamos una fuerte dosis de realidad: no todas las organizaciones necesitan ser, ni deberían ser, completamente transparentes.
De hecho, voy a dar otro paso más. Yo puedo nombrar a unos cuantos tipos de organizaciones en los que la transparencia puede realmente dañar su reputación online. Tomemos un bufete de abogados. La completa transparencia es lo último que usted quisiera tener en ese caso. La marca de una firma legal necesita basarse en la privacidad y la confianza. La transparencia respecto a cómo se manejan los casos, aun cuando no se detallen los detalles de clientes clave, podría ser vista como un quiebre de la confianza. Después están las industrias farmacéuticas y de cuidado de la salud, que tienen que balancear las regulaciones federales con respecto a los usos de marcas y la privacidad de las patentes. Una completa transparencia para estas organizaciones podría significar un desastre en la forma de acciones legales o multas.
La cuestión de cuán transparente debería ser su organización no debería ser determinada por un conjunto de doctrinas de las mejores prácticas. Cualquier participación en los medios sociales debe ser cuestionada cuidadosamente a la luz de quién usted es; no debería basarse en lo que los “expertos” le dicen a usted qué debería hacer. Aunque yo le recomendara a una compañía escuchar cuidadosamente la conversación social acerca de su marca, las participaciones frecuentes y cándidas en esa conversación no siempre trabajan a favor de sus objetivos de marca.
Lo que estoy diciendo es que hay una importante distinción que debe hacerse entre la transparencia y algo mucho más valioso: la autenticidad.
No podemos suponer que la completa ingenuidad sea el único camino para hacer negocios en un mundo social, porque éste no siempre refleja la verdadera identidad de una organización. A veces la marca demanda mística. A veces requiere que la voz sea estoica y silenciosa. Ni hablar de las veces en que la completa franqueza pone en descubierto fallas operacionales. La autenticidad no exige que siempre hablemos abiertamente con el consumidor. Lo que sí demanda es que nos mantengamos veraces a lo que somos como compañía.
Ser auténtico es una honesta evaluación de lo que representa su marca y un claro entendimiento de cómo va a manejar su marca cada situación. Cuando se mira bajo esta luz, la pregunta pasa de ser “¿Deberíamos ser más abiertos?” a “¿Les gusta a los consumidores lo que representamos?”. Si la respuesta a la última pregunta es “no”, entonces el problema no son los medios sociales, sino el branding.
Cuando usted piense en esto, la demanda por transparencia de las compañías a menudo tiene más que ver con la ruptura de la confianza que con un honesto deseo de conocer los trabajos internos de su organización. Después de todo, si no ha habido un colapso bancario, no me preocuparía cuánto ganan por año el CEO o una institución financiera. Pero porque mi banco me ha engañado, soy como un marido celoso que quiere rebuscar entre los mensajes de texto de mi coqueta esposa.
En algún lugar de la línea fuimos muy crédulos y empezamos a creer que a los clientes o consumidores les importa más lo que hacen. Seguro, siempre existe la persona con un blog que escucha cuidadosamente porque les mandamos datos gratis. Pero el consumidor promedio no quiere saber cómo hacemos el dentífrico. Sólo quiere saber que sus dientes quedarán limpios. O si él está preocupado, es normalmente porque está tratando de encontrar algún dentífrico orgánico que nosotros no proveemos.
A menudo, cuando se consideran cosas de esta índole, encontramos más efectivo generar relaciones públicas en muchos medios que concentrarnos tan fuertemente en lo que decimos en las plataformas sociales. El verdadero éxito social está basado en cuánto la totalidad de su experiencia de consumidor inspira a la gente a recomendar a su compañía y comprar sus productos. Ser auténtico no significa que usted tenga que postear todos los días y conseguir 100.000 likes. Sólo requiere que entregue una identidad consistente e interesante en cada tema que haga hablar a los consumidores.
Y como con muchas cosas “sociales”, recuerde que las experiencias de marca empiezan tanto offline como online. Así que concéntrese en hacer que la experiencia de cada consumidor sea compartible en lugar de focalizar todos sus esfuerzos en Facebook, Twitter y su blog.
Ahora vaya a tuitear esto y confirme que tengo razón.

Bob Knorpp, es presidente del Cool Beans Group

Fuente: Advertising Age/Adlatina.com