19 de mayo de 2015

La imagen, asignatura pendiente de las empresas

El columnista de Adlatina reflexiona sobre un encuentro organizado por Accenture, La Nación e importantes compañías. Los disertantes se centraron en la distorsionada imagen que el público tiene hoy de la empresa. Con respecto a esto, Borrini recuerda el libro “El silencio no es negocio”, que ya en los años 80´ anticipaba varias de las cuestiones charladas en el encuentro.
En la cuarta jornada del segundo ciclo de “Management 2020. Hacia el liderazgo del futuro”, un ambicioso encuentro organizado por Accenture y La Nación, con la colaboración de varias empresas de primera línea, los disertantes se centraron en la distorsionada imagen que el público tiene hoy de la empresa. El periodista del diario que cubrió el evento, tituló su comentario “Imagen, el karma que persigue a los empresarios”.
Tratando de explicar las falencias de las empresas en este aspecto relativamente nuevo de su gestión, la evolución de la comunicación institucional o corporativa, pese al tiempo trascurrido desde que comenzó a instalarse en el país (década del ’70 u ’80), fue zigzagueante. El periodista de La Nación que cubrió el evento sintetizó así el diagnóstico:

-Callar no sirve, el silencio hizo que al empresario se lo vea lejano, distante.
-Falta de reconocimiento de la función, porque al hombre de empresa no se lo acepta del mismo modo que a un deportista, pintor o escritor.
-El empresario argentino se siente más reconocido afuera que adentro del país.

Como se aprecia, los distintos aspectos del diagnóstico reconocen, en general, un eje común, que es la relación de la empresa con la opinión pública, relación que sube a la superficie, a veces dramáticamente, en épocas de crisis, y que suele olvidarse cuando vuelve la calma y asoman otras urgencias más convencionales del sistema.
Se cumplen 35 años de “El silencio no es negocio”, editado en 1980, cuyo éxito motivó a Ediciones El Cronista Comercial a lanzar una segunda edición en 1983. El libro se vendió por suscripción, como el diario; esta limitación no impidió que fuera ampliamente conocido en la comunidad gerencial del país, además de allanar el camino para la creación del primer Instituto de Estudios de la Comunicación Institucional (Icomi), y, posteriormente, el primer posgrado a nivel regional de la misma disciplina en el seno de la Uces, que sigue dictándose con singular convocatoria. Hoy la tarea de promoción y difusión de la disciplina está a cargo del Grupo de Estudios conocido por su sigla, Gieci, formado por especialistas del país, España y varios países de Latinoamérica.
“El silencio…” llevaba, como subtítulo una frase que encaja, varias décadas después, con la inquietud por la imagen de varios disertantes de “Management 2020”: ¿Por qué las empresas deben informar más y mejor a sus públicos?”. Hoy, que sólo puede encontrarse algún ejemplar en alguna librería de ocasión, quizá resulte útil mencionar algunos de los aspectos de su contenido:

-Diferencia entre información y figuración.
-Las solicitadas, sobrevivientes de la prehistoria informativa.
-Relacionistas Vs. Periodistas.
-Una nueva raza de empresas orientadas hacia la comunicación.

El libro contiene también la que acaso fue la primera encuesta sobre publicidad corporativa hecha en el país. Fue a fines de la década del ’70, la revista Mercado la encargó a Héctor Pessah Consultores. Participaron 100 de los mayores directivos de grandes empresas del país.
El mayor aporte del trabajo consistió en desglosar los principales atributos de una buena imagen corporativa, y su incidencia proporcional en el resultado. Los que obtuvieron mayor puntaje fueron la calidad de los productos, y la claridad de imagen proyectada sobre la opinión pública.
Pero desde 1980 ha cambiado mucho el país, la sociedad, la empresa y los recursos de la comunicación. Para empezar, ha perdido substancia la palabra “imagen”, para la empresa es un concepto mental, intangible, bastardeado por peluqueros, gimnasios y regímenes dietéticos. Hoy las empresas prefieren construirse una “reputación”, objetivo más amplio y profundo pero que, por lo que acabamos de recordar, en el fondo depende de atributos que, esencialmente, son los mismos de siempre.
Fuente: Alberto Borrini para Adlatina.com